Rusia ha declarado que ahora no hay límites en su despliegue de misiles nucleares en una advertencia escalofriante al oeste.
Desechando sus guantes y restricciones, Moscú prometió que los movimientos de EE. UU. Y la OTAN se mueven con fuerza, reavivando los temores de una carrera armamentista estilo Guerra Fría.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia acusó a Estados Unidos y sus aliados de crear una “amenaza directa para la seguridad de nuestro país” al prepararse para desplegar armas de rango intermedio en Europa.
Decir que Moscú ahora tiene una mano libre para responder, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo a los periodistas: “Rusia ya no se considera limitada por nada.
“Por lo tanto, Rusia cree que tiene derecho a tomar medidas respectivas si es necesario”.
El desencadenante, según Rusia, es el despliegue planificado en los Estados Unidos de los misiles Typhoon y Dark Eagle en Alemania a partir del próximo año.
El Kremlin dijo que el movimiento se rompió lo que quedaba de la estabilidad estratégica, acusando a los Estados Unidos de Donald Trump de arriesgar “una escalada peligrosa de tensiones entre las potencias nucleares”.
Era la advertencia más clara hasta ahora que Vladimir Putin está preparado para volver a dibujar las líneas rojas de la disuasión nuclear, y desafiar a West de frente.
MISIL DE CHANGAN DE PUTIN
Rusia ya ha señalado cómo podría ser su próximo movimiento.
Putin se está preparando para desplegar el misil Oreshnik, un arma de Terror Mach 10 que puede transportar múltiples ojivas nucleares o convencionales, a Bielorrusia antes de que salga el año.
El misil, que vio acción por primera vez en Ucrania en noviembre, se promociona como lo suficientemente rápido y poderoso como para evadir cualquier defensa de los misiles occidentales y alcanzar objetivos en cualquier lugar de Europa.
Putin se ha jactado de que solo unos pocos ataques de Oreadi convencionales podrían infligir la destrucción a la par con un ataque nuclear.
La implicación es sombría: Moscú está golpeando que podría lanzar un ataque “no nuclear” con un impacto a nivel nuclear, una nueva zona gris escalofriante en la guerra.
¿Qué es el oreshnik?

El Oreshnik es el nuevo misil balístico de rango intermedio de Putin (IRBM) que viaja en Mach 10, lo que hace que la intercepción sea casi imposible.
El misil puede alcanzar los objetivos de hasta 5,000 km de distancia, cubriendo gran parte de Europa.
Lleva hasta seis ojivas dirigidas independientemente.
El arma se usó por primera vez en Dnipro Ucrania en noviembre de 2024, marcando su debut en el campo de batalla.
Está diseñado para esquivar las defensas de misiles con rutas de vuelo impredecibles.
El Oreshnik podría estar armado con ojivas nucleares, aumentando su amenaza estratégica.
El misil puede alcanzar hasta 4.000 grados Celsius.
Su nombre en código, Oreshnik, significa Hazel Tree en ruso.
Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, el misil se derivó del RS-26, un misil balístico de rango intermedio capaz de transportar una cabeza nuclear.
Fecha límite de Trump y amenazas de Medvedev
El momento del movimiento de Rusia no es una coincidencia.
Se produjo días después de que Trump ordenó el reposicionamiento de dos submarinos nucleares estadounidenses en respuesta a las ardientes amenazas nucleares de Dmitry Medvedev, el componador de Putin y el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia.
El movimiento de Trump está vinculado a su inminente fecha límite de paz de Ucrania, exigiendo que el Kremlin llegue a un acuerdo o enfrente nuevas sanciones severas.
Pero Medvedev respondió, advirtiendo a Trump que no juegue “juegos de ultimátum” con Rusia y declaró que “cada nuevo ultimatum es una amenaza y un paso hacia la guerra”.
Medvedev duplicó la postura de línea dura de Rusia esta semana, celebrando el desguace de la moratoria de los misiles como recuperación de lo que llamó la política antirrusiana de la OTAN.
Publicó en X: “Esta es una nueva realidad, todos nuestros oponentes tendrán que tener en cuenta. Espere más pasos”.
Guerra Fría 2.0?
Esta no es una retórica vacía.
Los misiles de rango intermedio, que vuelan entre 310 y 3400 mph, fueron prohibidos durante décadas bajo el Tratado INF de 1987, una piedra angular del control de armas de la Guerra Fría.
Pero ese pacto se derrumbó en 2019, y ahora los guantes están completamente apagados.
Estados Unidos dice que Rusia violó el tratado primero. Mientras tanto, Rusia dice que solo está reaccionando a los despliegues de misiles estadounidenses en Europa.
Pero el resultado podría ser una carrera armamentista completa que se parece alarmantemente como la década de 1980, solo esta vez, con misiles más rápidos, apuestas más altas y menos margen de error.
Los analistas advierten que estas armas son particularmente peligrosas porque reducen los tiempos de respuesta a los minutos, dejando a los líderes mundiales con poco tiempo para distinguir entre un lanzamiento real y una falsa alarma.
Esa dinámica de activación del cabello podría hacer que un error de cálculo catastrófico sea mucho más probable.
Putin sabe esto. Está apostando a Occidente parpadeará primero.
Pero con los submarinos nucleares reubicados y los misiles que se mueven en su lugar en ambos lados, el mundo está viendo cómo desarrollar un nuevo capítulo mortal, uno donde el fuego y la furia podrían venir sin previo aviso.
¿Habrá paz en Ucrania?
La perspectiva de la paz en Ucrania sigue siendo incierta a medida que la guerra de Rusia-Ukraine continúa en su cuarto año.
Las recientes conversaciones negociadas en los Estados Unidos, incluidas las negociaciones directas en Estambul el 16 de mayo y el 2 de junio de 2025, no han arrojado avances, aunque los acuerdos de intercambios de prisioneros señalan cierto diálogo.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha presionado por un alto el fuego, acortando una fecha límite de 50 días para que Rusia negocie o enfrente sanciones, pero las tensiones persisten con los avances rusos en el este de Ucrania e intensificados por drones y ataques de misiles en ciudades como Kiev.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, ha sugerido intercambios territoriales, mientras que Rusia muestra poca disposición a comprometerse.
Con la escalada militar continua y los enfoques estadounidenses y europeos divergentes, un acuerdo de paz duradero parece distante.