El 25 de julio, el Ayuntamiento de San Fulgencio celebrará una nueva sesión plenaria para votar sobre una moción de no confianza firmada por los seis concejales de PSOE, dirigidos por José Sampere, junto con el concejal independiente Alein Vandenbergen. Su objetivo es eliminar el Partido Popular (PP) del poder, con el alcalde con cinco escaños y dirigido por el alcalde José María Ballester, quien también tiene el apoyo de Charo Mejías, portavoz de la Partido Internacional de Nacionalidades (PIPN).
Este es el segundo intento de impulsar un voto sin confianza en solo dos meses durante el período actual. El primer intento, el 18 de junio, nunca alcanzó una votación. El Panel de Presidenta basado en la edad, formado por los miembros más antiguos y jóvenes del Consejo, ambos del PP, bloqueó la iniciativa, alegando que no cumplió con los requisitos legales mínimos. Argumentaron que la moción había sido firmada cuando Vandenbergen todavía era un concejal de Pipn, un partido actualmente en coalición con el PP.
Esta acción fue en contra de la opinión legal del secretario general de la sesión, quien declaró claramente que la moción cumplía con los umbrales legales. Según la jurisprudencia, el asiento de un concejal es personal, lo que significa que es libre de apoyar una moción incluso si pertenecen a un partido dentro del gobierno que se le desafía.
Esta segunda moción no es simplemente un renacimiento de la primera. Tampoco es una continuación ordenada por la corte. Es una nueva iniciativa completamente, recientemente firmada por los concejales de PSOE y el ahora independiente Vandenbergen. Aunque la ley estipula que un concejal no puede respaldar dos mociones de desconfianza en el mismo término, la diferencia clave es que la primera moción nunca se procesó formalmente, no hubo voto, por lo que legalmente, no cuenta.
El PSOE afirma que el Panel de Presidente basado en la edad de la última sesión ahora está bajo escrutinio legal por bloquear la votación y podría enfrentar consecuencias legales más claras si intentan hacerlo nuevamente. Aún así, sigue siendo dentro de su poder intentarlo.
San Fulgencio es una ciudad de 14,000 residentes registrados. Casi el 70% son extranjeros que viven en desarrollos residenciales dispersos separados del centro de la ciudad tradicional. Estos desarrollos representan 10,000 de las 12,000 casas en el área.
La moción es impulsada en gran medida por Vandenbergen, un ingeniero belga retirado de 75 años, quien argumenta que el PP ha descuidado las necesidades de la población de mayoría extranjera. Afirma que los servicios públicos básicos no han podido alcanzar estos desarrollos adecuadamente y que persisten los problemas de infraestructura de larga data, muchos derivados de la expansión urbana sin control, dejando una infraestructura subdesarrollada y hasta 30 áreas verdes aún bajo propiedad privada.
Mientras tanto, el PSOE busca recuperar el control del gobierno local, que perdió en 2023 a pesar de ganar las elecciones con el mismo número de concejales y participación similar de votos que en 2019.
El alcalde José María Ballester del PP, cuando se le preguntó el sábado sobre esta moción renovada sin confianza, repitió lo que se ha convertido en su respuesta estándar en las últimas semanas: “Todos estamos sujetos al estado de derecho”.