La representante Jasmine Crockett (D-Texas) dice que la clara falta de carácter del presidente Donald Trump no debería distraer de esos cómplices en su corrupción.
“Donald Trump es un pedazo de mierda. Ok, lo sabemos”, dijo Crockett, ganando vítores. “Pero en una democracia funcional, todavía no podría salirse con la suya”.
Señaló directamente a la Corte Suprema de mayoría conservadora, acusando a los jueces de permitir los abusos de poder de Trump e instar a la acción rápida a tomar medidas enérgicas contra sus acogedores lazos con los donantes de derecha.
“Sabemos que están tomando dinero. Tenemos el rastro de papel”, dijo. “Y se niegan a poner las barandillas sobre sí mismas, por lo que es hora de que lo hagamos por ellos”.
Las preocupaciones sobre la integridad de la Corte Suprema surgieron después de un conjunto de 2023 investigaciones de ProPublica revelaron la relación del donante republicano multimillonario Harlan Crow con el juez Clarence Thomas.
La generosidad “amigable” de Crow incluyó viajes de lujo, matrícula de escuelas privadas para el sobrenade de Thomas y compras de bienes raíces que involucran a la familia de la justicia. Nada de eso fue revelado.
En respuesta al alboroto, el tribunal adoptó un nuevo código de ética a fines de 2023, un crítico ha desestimado por su ausencia de mecanismos de ejecución.
Desde entonces, la supermayedad conservadora del Tribunal 6–3 ha emitido una serie de fallos que parecen beneficiar a Trump directamente, incluidas amplias interpretaciones de la inmunidad presidencial, respaldando sus brutales políticas de deportación masiva, dándole un poder radical para despedir a funcionarios federales y mantener una prohibición de los miembros del servicio transgénero.
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A principios de este año, los demócratas intentaron revivir un proyecto de ley de la era de Biden conocido como la Ley de Ética, Recusación y Transparencia de la Corte Suprema, o SCERT, que impondría un código de ética exigible en la corte más alta de la nación.
Cuando se presentó por primera vez en 2023, la senadora Lindsey Graham (Rs.C.) lo calificó “basura legal motivada políticamente”.
Y con los republicanos en el control de ambas cámaras, las posibilidades del proyecto de ley parecen aún más delgadas esta vuelta.