La explosión entre el presidente de los Estados Unidos y el hombre más rico del mundo se ha desarrollado en las redes sociales en tiempo real, el último y quizás último ejemplo de cómo X se ha convertido en la plataforma personal de Elon Musk, su propio reality show donde cualquiera puede sintonizar para ver los giros mercuriales y los giros de su personalidad impredecible.
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