Un descubrimiento espeluznante en los Pirineos catalanes ha presentado la impactante realidad de la violencia prehistórica, con una punta de flecha de pedernal incrustada en una costilla humana de más de 4.000 años.
Los restos se encontraron en el sitio de entierro Roc de Les Orenetes, y ofrecen pruebas de conflictos antiguos.
El Dr. Carlos Tornero de la Universitat Autonoma de Barcelona ha liderado un equipo de arqueólogos que cavan en el sitio, ubicado a más de 1,800 metros sobre el nivel del mar.
El equipo ha encontrado una costilla humana con una punta de flecha de pedernal alojada en lo profundo, evidencia de que alguien recibió un disparo y sobrevivió.
La costilla de la víctima muestra signos de curación, demostrando que la persona no murió inmediatamente después del ataque.
El Dr. Miguel Angel Moreno, un osteoarchaeólogo de la Universidad de Edimburgo, explicó que este descubrimiento podría ofrecer nuevas ideas sobre cómo los primeros humanos experimentaron un trauma.
“Este hallazgo nos permite estudiar el tipo de arma utilizada, la posición del atacante e incluso el proceso de curación”, dijo.


Ahora el equipo está recurriendo a la microtomografía de rayos X de vanguardia y el análisis bioquímico, lo que podría revelar aún más sobre el sufrimiento y la supervivencia de la víctima.
El sitio ROC de Les Orenetes, un cementerio a gran altitud utilizado por una comunidad de pastores entre 2200 y 2000 a. C., ha producido más de 6,000 fragmentos de hueso.
Mientras que las cavas anteriores en la cueva, que se descubrió en la década de 1960, encontró fracturas, cortes y signos de armamento, esta punta de flecha proporciona la primera prueba innegable de un encuentro violento. Esto no es solo un antiguo cementerio, es una instantánea de las luchas y la brutal realidad de la vida de la montaña temprana.
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