El alcalde de Dolores, Joaquín Hernández, ha sobrevivido a un intento dramático para forzar su renuncia después de ser condenado por un asalto menor a un hombre de 71 años En un altercado público, gracias a una abstención crucial de Vox y el apoyo de su propio partido, el PSOE.
En una acalorada sesión plenaria de emergencia convocada por el PP, los líderes de la oposición exigieron Hernández’s renuncia inmediataacusándolo de comportamiento vergonzoso “incompatible con la dignidad del cargo público”. El PP lo criticó por no liderar con el ejemplo, llamándolo “moralmente descalificado” y exigiendo su expulsión del Partido Socialista, donde también tiene un El principal rol de liderazgo regional.
El movimiento falló, quedando corto por Solo un votocon Siete votos de PSOE en contra y Vox absteniendodejando el PP aislado.
El caso, derivado de un altercado de la calle de agosto, vio a Hernández multó a casi 1,000 € y el vecino de ancianos multó a 600 € por agresión mutua. Hernández desestimó las acusaciones como un “Media Circus” y señaló años de provocación personal, incluso blandiendo una foto de su acusador cenando con miembros de PP, alimentando una mayor indignación.
Las tensiones se hirvieron cuando el alcalde se enfrentó con el portavoz de PP José Manuel Guerrero durante la sesión, interrumpiéndolo a mitad del discursoy acusándolo de insinuar la interferencia policial.
En medio del teatro político, una cosa está clara: Hernández no va en silencio. Con una lucha de poder que se avecina sobre el liderazgo del PSOE regional, este escándalo de la corte puede ser solo el acto de apertura.